martes, 17 de junio de 2014

¿Porqué tanto cansancio?



Con el ritmo de vida que llevamos es normal que haya días en los que nos sintamos más cansados. Pero, ¿tienes la misma sensación también en los días que son más tranquilos?, ¿Aunque hayas dormido más de lo normal, te cuesta acabar el día con energía? Entonces es momento de mirar más allá y ver si ese cansancio viene por otro lado que tiene que ver con la salud.

Necesitas más vitamina D

Casi el 40% de nosotros tenemos déficit de vitamina D, la vitamina que nos protege de la osteoporosis e incluso ayuda en la lucha contra el cáncer y la hipertensión. “Tenemos receptores de vitamina D en nuestros músculos y prácticamente en la mayoría de nuestros órganos, incluidos el cerebro y el corazón”, explica Sue Penckofer, profesora en la Escuela de enfermería de la Universidad de Loyola en Chicago. Si no hay vitamina D para alimentarlos, entonces no habrá energía. Según Michael Melamed (profesor de medicina de la Universad Albert Einstein) otro síntoma muy típico de falta de vitamina D es el dolor persistente en músculos y huesos incluso en los días en los que no entrenas.

La solución: 

Pide a tu médico de cabecera que te mida tus niveles de vitamina D, los cuales deben estar entre 20 y 40 nanogramos por mililitro. Si tus niveles dan por debajo, entonces quizá te recomiende tomar un suplemento que pueda compensar ese déficit. Los pacientes que toman un suplemento de vitamina D tienen menos debilidad muscular y menos fatiga según un estudio presentado a la Sociedad de Endocrinos.

Siempre estás taponado/a

La sinusitis crónica afecta a un 12% de adultos – casi 30 millones de personas – según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades. El doctor Scott Stringer explica que los senos se inflaman durante semanas y provoca la aparición de mocos. Lo síntomas son los típicos de la alergia (creedme, en esto soy un experto): fatiga, taponamiento, congestión, dolor y carga alrededor de los ojos, se reducen los sentidos del gusto y el olfato, y te falta la respiración. Luchar contra la sinusitis hace te deja tan cansado/a que no te quedan ganas de hacer nada más.

La solución:

Un spray nasal salino puede ayudar a eliminar algo de moco. Si los síntomas persisten, tu médico de cabecera (y sólo él/ella) puede recetarte un spray nasal a base de esteroides. Si aún así sigues igual, visita a un otorrinolaringólogo para que te mire la nariz más profundamente a través de un endoscopio y te pueda recetar antibióticos, antihistamínicos, etc.


Tienes problemas con el glúten

Más de 2 millones de personas en Estados Unidos son celíacos, y un 70% son mujeres, según la National Foundation for Celiac Awarenness. Si te encuentras entre ellos y comes alimentos con gluten, se dispara una respuesta inmune en tu intestino delgado, que produce inflamación y previene la absorción de los nutrientes, dejándote malnutrido/a y con un estómago maltrecho. El resultado es que no tienes gasolina para el día a día, explica Peter Green, director del Centro de Enfermedad Celiaca de Columbia.

La solución:

Tu médico de cabecera puede mandarte hacer un análisis de sangre para ver si hay un número elevado de anticuerpos que indiquen que haya celiaquía. Si el resultado es positivo tendrás que visitar a un especialista que pueda recetarte esteroides para paliar los síntomas (aunque pueden tener efectos secundarios). Para tratar la celiaquía debes llevar una dieta sin gluten: comer fruta fresca y verduras, carnes magras, pescados, y grano sin gluten como la quinoa o el arroz.

Tienes problemas de corazón

Si normalmente corres un par de kilómetros sin problemas y ahora te cuesta incluso llegar a la mitad y te cuesta dormir bien, te falta el aire, o tienes ansiedad, tal vez tengas algún problema en tu corazón.

El 70% de las mujeres que padecieron ataques de corazón recuerdan estar más cansadas de lo normal antes de padecerlo, según un estudio de la Universidad de Arkansas. Incluso un problema de corazón muy reciente puede causar esa fatiga. Bloqueos en tus arterias (colesterol, o paredes muy duras) hace que a la sangre le cueste más fluir hacia todo tu cuerpo, lo que hace que te sientas sin fuerzas.

La solución:

Si los síntomas duran más de dos o tres días, ve a tu médico para que te haga un análisis de sangre, te mida la tensión y compruebe tus niveles de colesterol.

Hacer ejercicio de manera controlada y llevar una dieta equilibrada puede ayuda a controlar tus niveles de colesterol. Si no funciona, tu médico puede recetarte medicamentos.

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