sábado, 28 de junio de 2014

La obesidad un problema físico y psicológico con solución




En la época renacentista, la belleza de la mujer era representada por formas redondeadas y con curvas más pronunciadas, mientras que el prototipo de la mujer actual es estilizado y delgado.

Resulta común escuchar en ocasiones la típica frase:”Como, porque estoy ansiosa”. La obesidad tiene relación con niveles altos de ansiedad e influye en múltiples factores: genéticos, metabólicos, culturales, psicológicos y ambientales. El aumento de peso se asocia al desarrollo de hipertensión arterial, diabetes y enfermedades cardiovasculares, además de alteraciones metabólicas.

El paro y las dificultades económicas que viven muchas familias generan en sus miembros “un proceso angustiante”, que les lleva a alteraciones del comportamiento como “agresividad, pereza, desorganización con la alimentación o incumplimiento de las responsabilidades”, según la Dra. en Psicología, Mónica Ruiz, Terapeuta Gestalt, Postgraduado en Terapia Cognitivo-Social y en Pedagogía Terapéutica por la Universidad de Barcelona.

¿Obesidad: problema emocional o físico?

Algunos engordan cuando no pueden asimilar determinadas situaciones de su vida. Los complejos, las fobias, los traumas, los miedos, la culpa, los compromisos y las metas suelen ser factores desencadenantes.

Muchas personas con sobrepeso se sienten cada vez menos valiosas ante sí mismo y ante los demás, pierden su autoestima y la confianza en sí mismo y en sus logros; en algunos casos sufren marginación de quienes los rodean.

Pero, no se puede negar que el apoyo de la familia, de la comunidad y del entorno son fundamentales para ayudar a la persona obesa a superar esa condición.

Una dieta saludable y la actividad física regular pueden contribuir a prevenir o a vencer a la obesidad, pero nuestro cuerpo es producto de nuestra manera de pensar. En él se reflejan estados de ánimo y emociones. Una manera de producir cambios significativos en el cuerpo no es sólo realizando dietas y ejercicios, sino encontrando un nuevo estilo de vida. Un bienestar mental acompañado de una vida sana y saludable son fundamentales para evitar la obesidad y perder el peso que llevamos por años.

Algo que me resulta útil es identificar los sentimientos y pensamientos negativos y dejarlos fuera de mi ámbito mental, formando bellas imágenes y buenos modelos en el pensamiento, mirándolos continuamente. Romper con los modos habituales y tradicionales de nuestra forma de pensar no es tarea fácil. Pero para mejorar nuestra salud mental y física, la tranquilidad y la oración que lleva a uno a conectarse con el Divino pueden traer grandes beneficios.

La milenaria técnica de meditación budista denominada ‘mindfulness’ o ‘atención plena’ se está incorporando de forma novedosa y eficaz a las terapias contra la obesidad para que los pacientes con sobrepeso elijan alimentos más saludables, coman despacio y en menor cantidad. Estos son las principales ventajas que aporta esta técnica según ha señalado Miguel Ángel Escartí, director médico y cirujano bariátrico de la clínica para el tratamiento de la obesidad IntraObes, con presencia en Murcia, uno de los centros que está integrando de forma pionera la meditación dentro de sus terapias psicológicas, cognitivas y conductuales con pacientes obesos.

Además de todo eso, es muy importante reconocer que todas las personas son bellas, incluso las obesas, pues la belleza verdadera es la interior. Como dijo la escritora francesa y novelista romántica, George Sand, “La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma”.

Todos pueden vivir sanos, expresar equilibrio y deshacerse del sobrepeso. La tranquilidad, el autocontrol y la satisfacción son estados que se pueden alcanzar para disfrutar de la vida con alegría y mejor salud.

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