A cualquiera le cuesta trabajo despertarse, y algunas veces las batallas con la alarma pueden ser dignas de película. No querer levantarse de la cama no significa que no queremos hacer ejercicio o lo que el día nos tiene preparado, solamente que en el estado somnoliento, nuestras sábanas son el mejor lugar.
Sabemos que hacer ejercicio por las mañanas mejora nuestro metabolismo, ayuda a que ordenemos mejor nuestras rutinas y te puede hacer más consistente en tus entrenamientos. ¿cómo podemos lograrlo?
Prepárate desde la noche anterior: Acomoda tu ropa, llena tu botella de agua, carga tu mp3, toallas y todo lo que necesites para el gimnasio desde la noche anterior. Así, saldrás lo más rápido posible.
Permite levantarte lento: Aguanta unos segundo pensando en las metas del día si lo necesitas, deja que tu cuerpo se aclimate en lugar de saltar de la cama. Tómate una taza de café o haz lo que necesites y después sal al gimnasio, te sentirás mejor.
Sal: Si normalmente vas al gimnasio, algunas mañanas sal a correr o a caminar al aire libre. El hecho de esperar una nueva vista y aire fresco será suficiente motivador para levantarte de la cama.
Piensa en las alternativas: ¿De verdad vas a hacer ejercicio en la tarde? ¿No te sentirías mejor y más activo el resto del día si te levantas ahora?
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