Tener una vida activa y ejercitarse a diario es bueno. Pero como todo en la vida, demasiado de algo es malo. A veces es difícil encontrar la delgada distinción entre hacer demasiado ejercicio y el punto correcto. Si te sientes cansado o desmotivado, unos días fuera del entrenamiento no te harán daño. Si acaso, te hará sentir más descansado y con muchas ganas de seguir entrenando.
- Normalmente no completas tus entrenamientos: Cuando no acabas tus repeticiones, o cada día puedes correr menos tiempo es señal de que estas entrenando demasiado.
- Problemas para dormir: Tus problemas para dormir pueden ser ocasionados por demasiado estrés, causados por demasiado entrenamiento.
- Hacer ejercicios de alta intensidad todos los días: A menos que seas un superhéroe, con estos ejercicios tu cuerpo no tiene tiempo para recuperarse. Tu cuerpo agradecerá intercalar los ejercicios de alta intensidad con días de descanso.
- Dolor en las extremidades: No hay mayor señal de alarma que el dolor. Si sientes dolor es que estás trabajando demasiado, o no trabajas correctamente.
- Quieres más azúcar de lo normal: Cuando los niveles de cortisol son altos, nuestro cuerpo pide a gritos más azúcar.
- Te sientes cansado y mal al terminar de entrenar: Un entrenamiento debe hacernos sentir revitalizados y más saludables. Cuando esto no sucede, tal vez sea momento de bajarle un poco a los entrenamientos.
- Sientes que ganas peso, o tus resultados no son iguales: Cuando haces ejercicio quemas calorías, pero ejercicio en exceso hace que quemes también tu masa muscular y la grasa se acumule.
Básicamente, ejercitarse se trata de sentirnos mejor cada día, pero demasiado ejercicio producirá el efecto opuesto. Dolor, cansancio, falta de resultados y mal humor, son algunos daños que acompañan al exceso de entrenamiento.
0 comentarios :
Publicar un comentario